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Consejos para llenar tu despensa

Ahórrate esa visita obligada de última hora al supermercado

Has planificado qué cocinar para la cena de esta noche y estás a punto de precalentar el horno. Pero adviertes que te falta uno de los ingredientes que creías tener a mano. Por tanto, si quieres cenar ese  plato que tanto te apetece (he ahí el dilema), toca quitarse el pijama, ponerse ropa de calle, sacudirse la pereza y perder un buen rato para acudir al supermercado más cercano para comprar el producto que echamos en falta. ¿Hay forma de evitar estas visitas forzosas de última hora a los lineales del súper?

Una despensa bien provista ayuda a evitar esas apresuradas excursiones, y esa pérdida de tiempo. Una selección adecuada puede ser la base para recetas de creación propia, utilizando lo que hay en la nevera y en las estanterías de la despensa. Muchos libros de cocina sin gluten incluyen “listas para la despensa”. Algunas listas son demasiado exhaustivas, con ítems que sólo emplearás una o dos veces al año. Otras son más básicas y, por tanto, más útiles: nos aseguramos de tener una cocina bien dotada para probar recetas y para no quedarnos sin comida o cena. Una despensa sin gluten exige los productos esenciales, pero también tiene que incluir ingredientes especiales. Algunos los necesitarás para productos horneados, y otros serán fundamentales para transformar una receta en «gluten-free». En este artículo os proponemos 12 ingredientes clave para la despensa. Son los productos que nunca pueden faltar en nuestras estanterías. Algunos se emplean en pequeñas cantidades, y durarán mucho tiempo. Otros serán de uso frecuente, por lo que deberemos evitar quedarnos sin suministros.

  1. Harina sin gluten para cualquier uso. Producto imprescindible si no quieres dedicar mucho tiempo y dinero a la elaboración propia de harina panificable. Un sorprendente número de recetas de primeros y segundos platos requieren una cucharadita de harina, por lo que es bueno tenerla a mano. Recuerda mirar que este certificada por FACE o con el ELS.
  2. Harina de arroz. Si nos gusta experimenta y probar diferentes recetas que encontramos en libros y publicaciones (como la que tenéis entre manos) para personas con celiaquía, esta modalidad la vamos a gastar, y mucho. Indispensable. Recuerda mirar que este certificada por FACE o con el ELS.
  3. Salsa de soja sin gluten y tamari. Son una sencilla manera de dar sabor a los platos. Sobre todo, asegurémonos de que no contiene proteína de trigo ni gluten. Algunos fabricantes ya ponen en el mercado salsa de soja sin gluten. Las salsas tamari son una excelente alternativa sin gluten.
  4. Caldo de pollo. Magnífico para hacer sopa, pero también puede ser empleado para dar sabor al arroz, a la pasta sin gluten y a verduras. Importante buscarlo en la lista de alimentos, porque algunos caldos contienen gluten. El caldo de verdura sin gluten es una alternativa para los vegetarianos.
  5. Levadura fresca de panadería. Se emplea en masas que crecen mientras se hornean: por ejemplo, un bizcocho. De forma natural carecen de gluten. La mayoría de recetas necesitan una cantidad muy reducida de este ingrediente, así que nos va a durar mucho tiempo. Los mejores resultados los conseguiremos si utilizamos este producto antes de su fecha de caducidad, algo que debemos tener en cuenta a la hora de gestionar los stocks de la despensa.
  6. Pasta sin gluten. Siempre debe estar en la despensa. Ideales para acompañar o para un plato principal. Cada vez encontramos más variedades de pasta sin gluten. Recuerda mirar que este certificada por FACE o con el ELS.
  7. Arroz blanco. Ingredientes versátiles que se usan con frecuencia en recetas sin gluten. Fáciles de combinar con otros ingredientes.
  8. Legumbres y judías. Incorporan con eficacia proteínas a ensaladas, arroz, pasta y otros platos. Últimamente estamos encontrando en el mercado que pueden contener trazas de trigo, revisar muy bien antes de cocinar y en el caso de encontrar trazas retirar y lavar.
  9. Tomate triturado. Puede ser un salvavidas para preparar una comida en muy poco tiempo. Se trata de un ingrediente que vamos a soler encontrar en muchas recetas de primeros y segundos platos.
  10. Un litro de aceite de oliva. Es el condimento imprescindible para aliñar o cocinar cualquier plato, por muy ligero que sea. Cocinar sin aceite no es viable ni recomendable. Siempre es positivo usar este aderezo, rico en grasas insaturadas y antioxidantes como la vitamina E, en su justa medida.
  11. Latas de atún y sardinas. En la alacena debe haber un espacio reservado para las conservas de pescado: atún, bonito, sardinas, caballa, mejillones, pulpo… Estos alimentos tienen un valor nutritivo interesante por su aporte de proteína de calidad y ácidos grasos omega-3, aunque con un contenido de sal o sodio que se debe tener en cuenta. Cuando se necesiten, se convierten en la proteína animal del día, bien a modo de relleno de los bocadillos o como ingredientes de ensaladas. También pueden incluirse en platos calientes de pasta o de arroz. Si son en aceite, al natural, al ajillo o al limón siempre van a estar libres de gluten.
  12. Menestra en conserva. Conservados en agua y sal, estos vegetales son más sanos y naturales, además de admitir todo tipo de condimentaciones (sencillas o más elaboradas) para aromatizar la receta final. Con estas verduras, el primer plato o la guarnición están garantizados.
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