El 30% de la población tiene genética compatible con la enfermedad celiaca (EC) pero solo un 1% llega a desarrollarla. Esto se debe a que existen factores ambientales que desencadenan el desarrollo de la misma, pero, aunque la comunidad científica tiene identificados un numero variable de agentes que podrían influir, hoy en día se desconoce con certeza cuales son exactamente.
Esto se debe principalmente a que no se conoce en profundidad la implicación de cada uno de ellos con el desarrollo de la EC y a que además no siempre se puede determinar con exactitud si ocurren o no.
El estudio EAT (Enquiring About Tolerance) desarrollado por varios centros de investigación de Reino Unido con la colaboración de centros de Estados Unidos retoma la importancia del momento en el que se introduce el gluten en la dieta de los pacientes como un factor determinante en el desarrollo de la EC.
El estudio ha contado con la participación de 1.004 bebés alimentados únicamente con lactancia materna exclusiva. Divididos en dos grupos, 488 de ellos recibieron una pequeña cantidad (4g) de proteína del trigo a partir de los 4 meses de edad, mientras que a los 516 restantes les introdujeron la misma cantidad de trigo a partir de los 6 meses. En el estudio participaron 1.004 niños a los que se realizó la determinación de anticuerpos antitransglutanimasa a los tres años de edad. Los niños con niveles elevados de anticuerpos fueron remitidos a un especialista para que realizara más pruebas.
Los resultados mostraron diferencias entre los niños que retrasaron la introducción del gluten hasta después de los seis meses de edad y aquellos que tuvieron una introducción temprana ya que la prevalencia de la enfermedad celiaca a los tres años en el grupo de administración a los 6 meses fue más alta de lo esperado: el 1,4%. Sin embargo, entre los 488 niños que se sometieron a una introducción temprana del gluten, a partir de los 4 meses, no hubo casos de enfermedad celiaca.
Teniendo en cuenta las limitaciones que presenta el estudio, los resultados obtenidos son bastante alentadores e invitan a seguir profundizando en la propuesta para desarrollar ensayos clínicos mayores. Según los propios investigadores “este es el primer estudio que proporciona evidencia sobre lo que puede suponer introducción temprana de cantidades significativas de trigo en la dieta de un bebé antes los seis meses de edad, y apunta a que puede prevenir el desarrollo de la enfermedad celiaca”.
Cabe destacar que, a pesar la importancia del hallazgo obtenido, la introducción temprana del gluten y su papel en la prevención de la enfermedad celiaca ha de explorarse en profundidad, utilizando los resultados de esta investigación como base para ensayos clínicos más amplios en el futuro.
Bibliografía: https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/article-abstract/2770801
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