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El gluten en los medicamentos

El gluten está siempre presente en la vida de las personas con enfermedad celiaca. Este conjunto de proteínas de pequeño tamaño se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno, el triticale, el kamut y la avena, así como en sus productos derivados. Los celiacos saben perfectamente que la ingesta de pequeñas cantidades de gluten daña sus vellosidades intestinales y por eso están permanentemente en guardia y se convierten en expertos lectores de etiquetas.

Las propiedades del gluten lo hacen especialmente interesante para la producción de alimentos procesados y por eso los afectados deben ampliar su escrutinio mucho más allá de los productos con cereales. La búsqueda debe extenderse a los medicamentos, que también pueden contenerlo como excipiente.

¿Para qué personas es peligroso el gluten de los fármacos?

En los últimos tiempos ha habido cierta confusión sobre la conveniencia o no de limitar el gluten en la dieta, pero los expertos consultados por CuídatePlus son tajantes al desmentir que pueda afectar a la población sana. “No es perjudicial para aquellos individuos que no tienen una patología relacionada con él”, asevera María van der Hofstadt, farmacéutica y técnica de Investigación de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE). Las enfermedades relacionadas de forma directa con el gluten son tres: la enfermedad celiaca, la alergia a los cereales con gluten y la sensibilidad al gluten no celiaca.

Por suerte para los celiacos, alérgicos e intolerantes, cada vez son menos los fármacos que llevan gluten y los laboratorios están obligados a dejar constancia de forma clara en el etiquetado y el prospecto. Pero, ¿para qué se utiliza el gluten en la fabricación de medicamentos? María Romero Barrero, del Centro de Información del Medicamento (CIM) del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, aclara que “el gluten en sí no se utiliza como excipiente, pero sí lo contienen los medicamentos con almidón de trigo, avena, cebada, centeno o triticale”. Estos almidones “actúan como diluyentes, es decir, como relleno para formas farmacéuticas sólidas, como comprimidos o cápsulas”.

Lo que dice la ley sobre el etiquetado

Legalmente, el límite por debajo del cual un alimento o un medicamento se considera sin gluten son 20 partes por millón (ppm). Pero es obligatorio dejar constancia de su presencia en el etiquetado incluso por debajo de ese umbral. La ley establece que en el prospecto debe indicarse lo siguiente:

Este medicamento contiene niveles muy bajos de gluten (procedente de almidón de <trigo, avena, cebada, centeno, triticale>). Se considera sin gluten y es muy poco probable que le cause problemas si padece la enfermedad celíaca. Una <unidad de dosis> no contiene más de x microgramos de gluten. Si usted padece alergia al gluten (distinta de la enfermedad celíaca) no debe tomar este medicamento.

Van der Hofstadt señala que la presencia de gluten no tiene por qué convertirse en un problema terapéutico para ningún paciente, ya que “la mayoría de los laboratorios farmacéuticos (sobre todo de genéricos) trabajan con materias primas libres de gluten, por lo que suele haber alternativas”.

Médicos y farmacéuticos son los profesionales a los que hay que dirigirse en caso de dudas. Los primeros, según la representante de FACE, “deben buscar una opción sin gluten a la hora de realizar la prescripción, ya que después el farmacéutico no puede modificarla al dispensar el fármaco”. No obstante, puede ser recomendable informar al farmacéutico para que contraste la información ofrecida por el médico.

Si se trata de un medicamento de venta libre y el paciente acude directamente a la farmacia, “será el farmacéutico quien deberá tener precaución a la hora de recomendar el producto”.

 

*Entrevista publicada en «Cuídate Plus»el viernes 22 de marzo de 2019 por María Sánchez-Monge.

*Imagen: FREEPIK.

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