Un 10% de los familiares cercanos de una persona celíaca, pueden presentar la enfermedad. Aunque se presenta desapercibida, puede provocar daños en nuestra salud.
A veces nos sentimos algo cansados, pero, en general, nos encontramos bien. Y entonces nos hacemos un chequeo médico en profundidad y el análisis de sangre arroja que apenas tenemos vitamina D, crucial para la fortaleza de huesos y dientes, y que mostramos anticuerpos que apuntan a la enfermedad celíaca. Se trata de la celiaquía silente, que se caracteriza por la ausencia de síntomas que señalen un desorden en el sistema digestivo. De hecho, en algunos casos no se presentan síntomas de ningún tipo, más allá de una sensación de cansancio. Aunque pasa desapercibida, puede provocar daños en varios de nuestros órganos. En caso de presentarse síntomas, estos pueden ser erupciones en la piel, llagas en la boca, osteoporosis, infertilidad e incluso linfoma, un tipo de cáncer que afecta a las células de nuestro sistema inmunitario.
ESTADÍSTICAS
Es difícil dar con datos concluyentes sobre cuánta gente presenta esta variedad de la enfermedad celíaca (EC). La literatura científica asegura que un sorprendente 10% de los familiares más cercanos de una persona celíaca pueden tener la patología sin sospecharlo. Así que, si tenemos celiaquía, es muy importante que nuestros hermanos, hijos y otros familiares se hagan la prueba. Tienen un 8% más de probabilidades de tener la EC que el conjunto de la población.
NUEVA DIETA, SIN ESPERAS
La celiaquía silente exige la misma respuesta que una celiaquía clásica con sintomatología. El único tratamiento es prescindir del gluten. Aunque la persona no se sienta enferma, debe cambiar su dieta sin dilación. Los especialistas en la patología recomiendan pasarse a una dieta libre de gluten tan pronto como tengamos los resultados de la biopsia intestinal, antes de esperar a que se manifiesten síntomas gastrointestinales. Mejor adelantarse, que dejar que el daño progrese. Si se hace un seguimiento de las personas que dan positivo en anticuerpos pero no presentan manifestaciones de la enfermedad celíaca, acabamos averiguando que muchos de ellos exhibirán síntomas tarde o temprano.
LO QUE DICEN LOS ESTUDIOS
Un reciente estudio de la Universidad Tampere, en Finlandia, descubrió que la dieta sin gluten contribuye a mejorar el estado de salud de personas que aún no presentan síntomas de la patología. Se hicieron análisis de sangre a 3.031 personas de más de 18 años con algún familiar con la enfermedad celíaca (EC). Ninguno presentaba ninguna queja sobre su salud digna de tener en cuenta. De ellos, 40 dieron positivo en anticuerpos asociados con la EC. Y de esos 40, la mitad se asignó de forma aleatoria a un grupo que iba a seguir una dieta sin gluten. Las otras 20 personas siguieron comiendo sin restricciones. Los resultados fueron nítidos. Pasado un año, quienes no prescindieron del gluten no presentaron ningún cambio en su sistema digestivo y niveles de vitaminas, mientras que el grupo sin gluten mostró “una mejora significativa”. Incluso pasaron a disfrutar de una calidad de vida mayor, “con más energía”. “Antes”, según los investigadores, “algunos presentaban ligeros síntomas abdominales, como gas, hinchazones, indigestiones o diarreas. Sólo tras eliminar el gluten se dieron cuenta de que sus problemas tenían que ver con esta proteína.
DIAGNÓSTICO PRIORITARIO
El temprano diagnóstico de la celiaquía silente es muy importante. Aunque los síntomas de esta modalidad sean menores o no sean los típicos indicios de problemas gastrointestinales, la pérdida de nutrientes puede afectar el crecimiento físico y las capacidades de aprendizaje de los niños. Y los adultos no diagnosticados presentan más riesgo de fracturas óseas por osteoporosis, deterioro del esmalte dental, infertilidad y problemas de la piel, entre otros problemas de salud.