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Lactancia materna y la enfermedad celiaca: lo que sabemos (y lo que aún no)

Semana Mundial de la Lactancia Materna (1–7 de agosto)

Cuando llega un bebé al mundo, las preguntas se multiplican. ¿Qué debo comer si doy el pecho? ¿Estoy protegiendo bien a mi hijo o hija? Y si en la familia hay casos de celiaquía, una duda frecuente es: ¿puede la lactancia materna ayudar a prevenir esta enfermedad? Desde FACE, aprovechamos la Semana Mundial de la Lactancia Materna para resolver esta y otras cuestiones con la evidencia científica más actual.

¿Qué aporta la lactancia materna?

La leche materna es mucho más que alimento. Contiene anticuerpos, enzimas, prebióticos naturales y células inmunitarias que ayudan al bebé a desarrollar su propio sistema inmune. También contribuye a la maduración del intestino y la tolerancia oral a ciertos alimentos, lo que ha despertado interés en su posible papel en la prevención de enfermedades inmunomediadas, como la celiaquía.

¿Puede la lactancia proteger contra la enfermedad celiaca?

Durante mucho tiempo se pensó que amamantar podía proteger frente al desarrollo de la enfermedad celiaca, especialmente si el bebé empezaba a tomar gluten mientras seguía recibiendo leche materna. Sin embargo, los estudios más recientes han desmentido esa idea.

El estudio europeo PreventCD, que siguió a cientos de bebés con riesgo genético de celiaquía, demostró que ni el momento de introducir el gluten ni el hecho de estar lactando en ese momento cambia el riesgo real de desarrollar la enfermedad. Es decir, dar el pecho no evita que un niño celiaco lo sea.

Otros grandes estudios han llegado a conclusiones similares: ni introducir el gluten más tarde, ni alargar la lactancia más allá de cierto punto tiene un efecto claro en la prevención de la celiaquía.

Entonces, ¿para qué sirve la lactancia en este contexto? Aunque no previene la enfermedad celiaca, la leche materna sí ayuda al sistema inmunitario del bebé a madurar, y podría hacer que la enfermedad se manifieste más tarde o de forma menos agresiva. Además, sus beneficios generales para la salud del bebé siguen siendo incuestionables.

Madres celiacas en período de lactancia: ¿qué tener en cuenta?

Si eres madre celiaca puedes dar el pecho con total normalidad. Solo tienes que seguir sin gluten, como es habitual para ti. La enfermedad no se transmite a través de la leche materna. Lo que sí es importante es que la madre mantenga una dieta estrictamente libre de gluten, no solo por su salud, sino para garantizar una buena nutrición durante esta etapa tan exigente. Además, es fundamental evitar deficiencias comunes en personas celiacas, como las de hierro, calcio, vitamina D o ácido fólico, especialmente importantes durante la lactancia.

Si no eres celiaca y estás dando el pecho, no necesitas eliminar el gluten de tu dieta. No hay evidencia de que hacerlo reduzca el riesgo de que tu hijo desarrolle la enfermedad.

Un estudio realizado por la Universidad de Sevilla ha explorado una cuestión especialmente relevante: ¿pueden fragmentos diminutos del gluten —conocidos como péptidos inmunogénicos— pasar a la leche materna tras el consumo de alimentos con gluten por parte de la madre? La investigación busca entender si esta mínima exposición podría desempeñar un papel en la respuesta inmunitaria del lactante. En otras palabras, se analiza si el contacto temprano, aunque indirecto, con estos péptidos a través de la leche podría favorecer una mayor tolerancia al gluten o, por el contrario, aumentar el riesgo de desarrollar enfermedad celíaca en bebés genéticamente predispuestos. Aunque se trata de un campo aún en estudio, estos hallazgos abren la puerta a nuevas hipótesis sobre el papel de la lactancia en la educación inmunológica del bebé.

¿Y si hay antecedentes familiares?

Cuando existe un familiar de primer grado con enfermedad celiaca, como el padre, madre o hermanos, el bebé tiene un mayor riesgo de desarrollarla. En estos casos, la lactancia materna sigue siendo una excelente opción, pero no cambia el riesgo de fondo.

Lo más importante es observar los signos de alerta una vez que se inician los alimentos con gluten (diarreas crónicas, distensión abdominal, pérdida de peso, irritabilidad…) y consultar con el pediatra ante cualquier sospecha.

¿Cuándo introducir el gluten al bebé?

Las guías pediátricas actuales, como las de la Asociación Española de Pediatría y el grupo europeo ESPGHAN, recomiendan introducir el gluten en la alimentación del bebé alrededor de los 6 meses, nunca antes de los 4 ni después de los 7. Y, si es posible, hacerlo mientras el bebé sigue lactando.

Aunque esto no evita que desarrolle celiaquía si tiene predisposición genética, es una forma segura y natural de comenzar la exposición al gluten.

En resumen

Aunque la lactancia materna no previene la celiaquía, sigue siendo la mejor forma de alimentar a un bebé en sus primeros meses de vida. Aporta defensas, favorece el desarrollo intestinal y emocional, y ayuda a crear un vínculo único entre madre e hijo.

Claves para recordar:

  • La lactancia materna es segura y recomendable tanto si la madre es celiaca como si no lo es.
  • No es necesario eliminar el gluten de la dieta de la madre lactante, salvo que ella sea celiaca.
  • Se están investigando los efectos de pequeñas cantidades de fragmentos de gluten en la leche materna. Todavía no hay evidencia clara sobre si influyen en el desarrollo de la celiaquía.
  • La introducción del gluten en la alimentación del bebé debe hacerse entre los 4 y 7 meses, preferiblemente mientras sigue lactando.

Si tienes dudas sobre cómo alimentarte durante la lactancia o cómo introducir el gluten en tu bebé, consulta siempre con tu pediatra o nutricionista.

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