Si tecleas en un buscador de internet las palabras “dieta sin gluten”, entre los resultados seguramente encontrarás muchos artículos y blogs en los que se habla de los beneficios de seguir una dieta libre de gluten o de cómo puedes adelgazar si eliminas el gluten de tu vida.
La dieta sin gluten es el plan nutricional que deben realizar las personas que padecen enfermedad celiaca o personas diagnosticadas con sensibilidad al gluten no celiaca. Se trata de un tipo de alimentación en el que se debe excluir por completo los productos elaborados a partir de cereales que contienen gluten: trigo, cebada, centeno, triticale, espelta, algunas variedades de avena, así como sus híbridos y derivados.
El gluten es una proteína presente en la semilla de los cereales mencionados anteriormente. Esta proteína carece totalmente de valor nutricional (no aporta vitaminas, minerales ni calorías), pero es un ingrediente con alto valor tecnológico, al ser responsable de la elasticidad de la harina, confiriendo la consistencia esponjosa de panes y masas horneados.
Seguir una dieta sin gluten no adelgaza.
Si consideramos que el gluten no tiene valor nutricional, será obvio deducir que retirarlo de la alimentación no hará que disminuya o aumente tu peso corporal. Especialmente si se sustituyen los productos que contienen gluten por los mismos productos en su versión sin gluten.
Como hemos explicado anteriormente, el gluten en una proteína que se encuentra en algunos cereales y su principal función es aportar esponjosidad, elasticidad y consistencia a las masas. En cuanto a su valor nutricional, carece de vitaminas, minerales y calorías, por lo que el gluten como tal no nos va a aportar ningún cambio en nuestra alimentación ni va a repercutir en nuestro peso.
Las personas que deciden eliminar el gluten de su dieta de manera voluntaria, y no como tratamiento a la enfermedad celiaca, pueden experimentar una pérdida de peso o sentir menos inflamación en la zona abdominal. Esto no es ocasionado por el gluten sino por todos los alimentos que han eliminado de su alimentación y que la mayoría están compuestos por azucares, harinas y aceites refinados, que son pro inflamatorios y están repletos de calorías vacías.
Seguir una dieta sin gluten tampoco engorda.
Lo que sí engorda es tener una alimentación poco equilibrada. La persona que padece enfermedad celiaca no debe basar su dieta en alimentos sin gluten específicos, sino en una dieta variada, en la que se incluyan principalmente productos naturales o genéricos, es decir, los que son libres de gluten por naturaleza.
Por otro lado, muchas personas que padecen enfermedad celiaca y están sin diagnosticar pueden presentar bajo peso. Esto se debe a que la ingesta de gluten genera una respuesta inflamatoria que daña y destruye las vellosidades del intestino delgado, lo que dificulta la adecuada absorción de nutrientes. Cuando estas personas reciben el diagnóstico de la enfermedad y comienzan a seguir una correcta dieta sin gluten, sus vellosidades se empiezan a regenerar y comienzan a ganar el peso que habían perdido a causa de la enfermedad.
Autor: FACE
Más información: celiacos.org