Desde hace tiempo al inicio del curso escolar, cuando las familias empiezan a preparar mochilas, estuches y a forrar libros de texto son muchas las preguntas que nos llegan sobre productos que no están destinados a ser ingeridos, pero que podrían contener gluten en su composición y que, ya que forman parte del día a día en las escuelas, generan dudas e incertidumbre entre padres y docentes.
La incorporación del menor celiaco a un centro escolar genera preocupación entre su familia, es frecuente preocuparse por si comerán algo que no deban de otro compañero, por si entenderán su situación en el centro y fomentarán que participe en las actividades, por si contarán con él cuando se celebren cumpleaños en clase, por si la comida estará elaborada de forma correcta si es necesario que haga uso del comedor escolar, etc. Pero además de estas situaciones, que se abordan en profundidad en la guía: “Enfermedad celiaca, alergias e intolerancias alimentarias en los centros educativos” editada entre FACE, AEPNAA, ATX y ADILAC, hay otra serie de productos que pueden contener gluten y que a pesar de no ser comestibles están muy presentes en el día a día de las escuelas, sobre todo durante los primeros años.
Nos referimos en concreto al material escolar. Aunque cada vez son más los fabricantes sensibilizados que elaboran productos de papelería sin gluten y sin alérgenos alimentarios, todavía se puede encontrar en algunas plastilinas, ceras, pinturas de dedos o pegamentos, que los contengan.
Es importante tener claro que, de acuerdo con los expertos, el alumnado celiaco pueden tocar, manipular, trabajar o jugar con este tipo de materiales sin que ello suponga ningún peligro para ellos, salvo que se los coman. La exposición de la piel de estos niños a los materiales es temporal ya que solo se manipulan, pero no se aplican sobre la piel o las mucosas ni están formulados para que la piel los absorba como ocurre con los cosméticos.
Algo que aparentemente puede parecer una locura, para un niño pequeño que está descubriendo el mundo no lo es en absoluto, ya que su objetivo diario es explorar todo lo que les rodea, y esa exploración se realiza con todo lo que tienen a su alcance. Manos, boca, todo vale, y debemos dejarles hacerlo, pero controlando la situación, acompañándoles, para que aprendan que esos productos no se deben meter en la boca, porque no se comen.
De forma habitual en clase les enseñan a adquirir hábitos de higiene personal y es algo que desde casa también se debe fomentar, y más en estos momentos ante la situación provocada por el SARS-CoV-2 donde una buena higiene de manos es tan importante. Lavarse las manos antes de ir a comer, después de terminar de jugar, hace que los restos de estos materiales que puedan quedar en las manos, queden eliminados, evitando así que contaminen su comida con ellos.
En general, lo más adecuado es que el equipo docente y las personas que se encargan de la atención del alumnado celiaco en el colegio, conozcan e identifiquen de forma adecuada a los niños y niñas celiacos, para que consulten si los materiales con los que van a trabajar contienen o no gluten para pensar una opción alternativa o prestar especial atención a que no se los coman en el caso de que lo contengan. Teniendo esto en cuenta, el alumnado celiaco puede realizar el mismo tipo de manualidades que sus compañeros no celiacos, con materiales de todo tipo.
No obstante, si en algún caso madres, padres o docentes se quedan más tranquilos, existen listados donde los diferentes fabricantes detallan los alérgenos de sus productos y se encuentran disponibles en sus páginas web, lo que puede facilitar la elección de los materiales, empleando preferentemente los que no contengan gluten.
En definitiva, la manipulación de material escolar por parte de niños y niñas celiacos no les supone ningún riesgo, siempre que se evite la ingesta del mismo, al igual que se evitará la ingesta de alimentos con gluten por parte de estos niños y niñas, y del propio material escolar por parte de todos, también de sus compañeros, es importante recordar que la ingesta de este tipo de materiales por parte de cualquier menor, sea o no celiaco, puede ser perjudicial ya que se trata de productos que no están destinados a ser ingeridos y no son comestibles.
María van der Hofstadt Rovira, Área de Investigación de FACE
Artículo original publicado en la revista Mazorca nº61