Inicio | z | Noticias FACE 2016 | Pacto en la cocina. Consejos para compartir los fogones y la despensa con personas celiacas.

Pacto en la cocina. Consejos para compartir los fogones y la despensa con personas celiacas.

Una cocina con dos tostadoras es uno de los indicios más claros de que en un hogar conviven una o más personas con celiaquía con una o más personas sin la enfermedad. Para una persona celíaca, compartir una cocina sin riesgos es una obligación. Por eso es muy importante fijar una serie de reglas con el resto de miembros de la casa.  Esa debe ser una prioridad si tenemos celiaquía y dejamos de vivir solos para irnos a vivir junto a otra persona; o si convivimos con alguien, y debutamos en la patología.

La puesta en común de una serie de normas es muy importante, y debe ser la persona con celiaquía la que marque las líneas rojas, porque la suya es la salud que está en peligro. Lo que nunca debemos hacer es ir estableciendo reglas sobre la marcha, porque es más que probable que vayan surgiendo malentendidos que dañen nuestra relación y puedan perjudicar nuestra salud. 

Tan importante como ese pacto es que quienes conviven con el celíaco adquieran unos conocimientos mínimos sobre la enfermedad. Hay que involucrar a la pareja, a toda la familia, en una cocina y una alimentación segura.

¿Qué cosas debemos tener en cuenta? Debemos consensuar la forma de organizar la comida y la forma de cocinar. Y no nos debemos olvidar de establecer unas pautas sobre cómo consumir los alimentos. Así, por ejemplo, hay que evitar untar alimentos en jarras de condimento de uso común, para evitar una involuntaria contaminación de gluten. No debemos dejar que ningún detalle se nos pase por alto.

Recipientes etiquetados

Una de las primeras acciones es la separación de los alimentos sin gluten del resto. Las etiquetas nos van a ayudar. Si es posible, es recomendable dedicarles una despensa diferenciada. En la nevera, deberíamos asignar un estante a los productos sin gluten. Un truco para evitar sustos es ponerlos en los estantes más elevados, para así evitar la contaminación accidental por caídas o derrames de producto.

Cucharas y tablas de madera: prohibidos

Debemos evitar a toda costa las cucharas y tablas de madera, porque pueden contener residuos. Los cubiertos y útiles de cocina de metal y plástico son fáciles de limpiar y desinfectar.  El escenario ideal es que la cubertería que emplee la persona celíaca se diferencie por el color, para así evitar confusiones.

Dos tostadoras

La tostadora es una de las principales causas de la contaminación cruzada. La limpieza a conciencia no evita riesgos. Así que hay que tener dos tostadoras, que deberemos situar lejos la una de la otra. Estos electrodomésticos deben estar siempre limpios, para así evitar que las migajas se dispersen por el aire.

Manos limpias, superficies limpias… y  a cocinar

Una regla de oro en cualquier cocina es ponerse enfrente de los fogones con las manos limpias. Si hay una persona celíaca en casa, esa norma cobra, si cabe, aún más importancia. Si vamos a preparar alguna comida libre de gluten, esa extrema higiene la debemos trasladar también a las superficies en las que vamos a trabajar y a los utensilios que vamos a emplear. Antes de ponernos manos a la obra, debemos limpiarlo todo a fondo. Por supuesto, no hagamos uso de los mismos útiles para la preparación de alimentos con y sin gluten. Otro buen consejo es cocinar los alimentos sin gluten primero.

Cuidado con el cuchillo de untar

Hay productos que pueden retener los restos de migajas u otros productos con gluten que se instalan en cuchillos y cucharas, por lo que es necesario marcar aquellas jarras de uso exclusivo por la persona celíaca. Hay que identificar claramente los recipientes de mantequilla, mermelada y mayonesa que bajo ningún concepto pueden ser contaminados por gluten.

COMPARTIR:

Facemovil

Facejoven