A pesar de los avances en su conocimiento y en el desarrollo y perfeccionamiento de las pruebas de diagnóstico, la enfermedad celiaca (EC) sigue estando infradiagnosticada.
Un porcentaje importante de pacientes (> 80 %) está sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que la EC durante años se ha relacionado, exclusivamente, con su forma clásica de presentación clínica.
Se considera que esta enfermedad tiene las características de un iceberg, ya que, sobre el agua, en la parte visible, se encuentra solo una pequeña parte, que son las personas diagnosticadas. Mientras que en la parte que está bajo el agua, la que no se ve y que suele ser mucho más grande, están las personas sin diagnosticar.
El reconocimiento de otras formas atípicas de manifestarse y asintomáticas, combinadas con la mayor y mejor utilización de las pruebas complementarias disponibles, ha permitido poner de manifiesto la existencia de diferentes tipos de enfermedad celiaca:
- Sintomática. Los síntomas son muy diversos, aunque los mayoritarios son los relacionados con el sistema digestivo. Los pacientes muestran signos, síntomas, serología, histología y genes compatibles.
- Silente. Se define por la presencia de anticuerpos específicos, genética positiva y daño a nivel intestinal, pero no existen suficientes síntomas que susciten sospecha.
- Latente. Definida por la presencia de genes típicos de la enfermedad, pero sin presencial de daño intestinal. Puede o no presentar tanto síntomas como anticuerpos. Es el tipo más complejo de diagnosticar.
- Potencial. Se da en personas que tienen predisposición genética, pudiendo existir anticuerpos. No existe atrofia intestinal. Pueden o no existir síntomas.
- Asintomática. Los resultados de las pruebas serológicas, histológicas y genéticas son positivos, pero no existen síntomas de la enfermedad.
Ilustración: FACE
Imagen de portada: freepik
Autor: redacción FACE.
Más información: celiacos.org