Cada vez más personas que sospechan que pueden ser celíacas deciden eliminar el gluten de su dieta antes de consultar con un especialista. Lo hacen porque experimentan molestias digestivas, fatiga, dolor abdominal o malestar general tras consumir ciertos alimentos, y encuentran alivio al retirar el gluten.
Aunque comprensible, esta decisión puede complicar significativamente el diagnóstico médico. En la actualidad, para confirmar de forma fiable la enfermedad celíaca, es necesario que la persona esté consumiendo gluten de manera regular durante varias semanas antes de someterse a las pruebas. Volver a introducirlo cuando ya se ha comprobado que provoca síntomas puede resultar muy difícil, e incluso perjudicial.
Esta situación deja a muchas personas atrapadas entre el alivio de la dieta sin gluten y la incertidumbre de no contar con un diagnóstico oficial. Pero un reciente avance científico podría cambiar las reglas del juego…
Una prueba que simula la reacción al gluten… sin tener que ingerirlo
Esta nueva técnica, desarrollada por un equipo de investigadores australianos y publicada el 9 de junio de 2025 en la revista Gastroenterology, ofrece una alternativa mucho más cómoda y segura: solo requiere una muestra de sangre.
La clave está en una molécula del sistema inmunitario llamada interleucina 2 (IL-2). En las personas con celiaquía, esta sustancia se libera rápidamente cuando el sistema inmunitario detecta la presencia de gluten. Lo que hacen los investigadores es exponer una pequeña cantidad de sangre del paciente al gluten en el laboratorio y observar si se genera una respuesta inmunitaria.
En otras palabras, no es necesario que la persona consuma gluten: la prueba lo “simula” fuera del cuerpo, en condiciones controladas y sin riesgo para el paciente.
¿Qué tan fiable es?
El estudio se llevó a cabo en el Royal Melbourne Hospital, con la participación de 181 personas adultas de entre 18 y 75 años. Entre ellas había:
- Personas con celiaquía diagnosticada y en dieta sin gluten.
- Pacientes con celiaquía activa (que consumían gluten en ese momento).
- Personas con sensibilidad al gluten no celíaca.
- Voluntarios sin ningún problema relacionado con el gluten.
Los resultados fueron muy prometedores:
- La prueba identificó correctamente la celiaquía en el 90 % de los casos.
- Mostró una especificidad del 97 %, es decir, apenas se dieron falsos positivos.
- Funcionó incluso en personas que llevaban meses o años sin consumir gluten.
Además, los autores del estudio destacan que se trata de una técnica sencilla, rápida y que podría integrarse fácilmente en los laboratorios clínicos actuales. Si los resultados se confirman en investigaciones más amplias, su aplicación en la práctica médica podría ser una realidad en un par de años.
¿Por qué es un avance tan importante?
Este nuevo enfoque podría cambiar la experiencia de muchas personas que:
- Dejaron de consumir gluten por su cuenta, pero no tienen un diagnóstico oficial.
- No se atreven a volver a ingerir gluten por miedo a los síntomas que les provoca.
- Tienen síntomas poco claros o se encuentran en etapas iniciales de la enfermedad.
Actualmente, se estima que hasta un 80 % de las personas con celiaquía no están diagnosticadas. En muchos casos, el proceso actual de diagnóstico resulta tan incómodo y largo que algunas personas prefieren quedarse sin una confirmación médica. Esta nueva prueba podría ayudar a cerrar esa brecha.
¿Qué limitaciones tiene?
Aunque los resultados son muy prometedores, es importante recordar que esta prueba aún no está disponible en hospitales ni centros médicos. Todavía queda camino por recorrer. Por ejemplo, no se ha evaluado su eficacia en niños, por lo que no sabemos si funcionará igual en población pediátrica. Tampoco se ha probado en personas que toman medicación inmunosupresora, lo que podría influir en la respuesta del sistema inmunitario. Además, será necesario validar estos resultados en distintos países y grupos poblacionales para asegurarse de que la prueba es fiable en contextos diversos. Aun así, el avance es significativo, y la comunidad científica confía en que esta herramienta pueda incorporarse a la práctica clínica en los próximos años.
En resumen
Poder obtener un diagnóstico claro sin necesidad de volver a consumir gluten sería un gran alivio para muchas personas que, hoy por hoy, se ven forzadas a elegir entre su bienestar y una confirmación médica.
Desde la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), celebramos este avance con esperanza y seguiremos con atención el desarrollo de esta nueva prueba. Nuestro objetivo es que, cuando llegue el momento, esté disponible también en nuestro país.