Inicio | Vivir con EC | La importancia de la nutrición en la tercera edad para las personas celiacas
Nutrición sin gluten tercera edad

La importancia de la nutrición en la tercera edad para las personas celiacas

La prevalencia de la enfermedad celiaca en las personas mayores de 65 años ha aumentado significativamente en las últimas dos décadas. De forma generalizada, a partir de los 65 años pueden aparecer algunas disminuciones en las capacidades funcionales de las personas a consecuencia del natural proceso de envejecimiento.

El metabolismo basal se ralentiza debido, entre otras cosas, a la pérdida de masa muscular y al aumento de grasa corporal. La actividad física queda reducida. También puede ocurrir que haya una alteración en las secreciones digestivas, las secreciones salivares tienden a reducirse, los procesos motores del esófago al intestino se ven afectados y se puede ver comprometida la absorción de nutrientes y, en consecuencia, la depresión del sistema inmune.

No podemos olvidar la posible aparición de osteoporosis, que se traduce en la disminución de la densidad ósea, lo que podría provocar fracturas, inmovilidad y dolor.

Es sumamente importante que la población celiaca que abarca este grupo de edad, así como sus familiares, sean conscientes de lo importante que es realizar una dieta sin gluten de forma correcta para paliar o prevenir estas complicaciones más susceptibles de aparecer sin un óptimo tratamiento de la enfermedad.

El trabajo y asesoramiento realizado por las asociaciones de pacientes es fundamental para el colectivo de la tercera edad y sus familias, traduciéndose en un apoyo necesario en la transición a una dieta sin gluten, con todo lo que esto conlleva.

Requerimientos nutricionales y hábitos para favorecer una vida saludable

  • Consumo apropiado de vitamina D, vitamina B12, hierro y calcio.
  • Que las calorías ingeridas vayan acordes al gasto energético.
  • Priorizar el consumo de alimentos genéricos.
  • Consumir aceite de oliva con moderación y reducir el consumo de grasas saturadas y transgénicas.
  • Consumir pescados azules, ricos en ácidos grasos omega 3, que produce efectos antinflamatorios.
  • Beber agua regularmente durante el día: aproximadamente dos litros.
  • Reducir o moderar el consumo de sal y evitar en la medida de lo posible el azúcar.
  • Aumentar consumo de fibra. (La diverticulitis o el estreñimiento son muy comunes en esta etapa de la vida).
  • Elegir alimentos de fácil masticación.
  • Realizar actividad física dentro de las posibilidades y tomar el sol con moderación para facilitar la fijación de vitamina D y calcio.

Autor: Tamara Parra. Dietista y Técnica de Seguridad Alimentaria de FACE

Más información: celiacos.org

COMPARTIR:

Facemovil

Facejoven